Llevábamos una hora de clase cuándo aparecieron dos agentes de la policía local con un paquete para nosotros procedente de la Gendarmería de París. No dábamos crédito cuándo los hemos visto entrar a nuestra clase, ellos sabían lo que estaba ocurriendo y que habíamos descubierto a dos sospechosos.
Dentro había un código QR con un mensaje del teniente coronel Jean Paul, dándonos las gracias por nuestra labor y pidiéndonos que registrásemos la información en su documentación.
Dentro habían polvos y brocha para detectar las huellas dactilares del cuadro, hemos podido encontrar dos.
Había datos personales del principal sospechoso que no conocíamos, así que hemos llamado por teléfono a la que más sabía del centro, a la directora, para que nos ayudase y también al segundo sospechoso para otras cuestiones.
Ellos han dejado reflejado que hay un principal culpable y que el segundo lo hizo, porque fue engañado.
Lo hemos todo rellenado y metido de nuevo en el paquete que hemos entregado a nuestro conserje.
No sabemos cómo seguirá avanzando este caso.
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